El Sonido que Hace el Pez: Animismo, Humanismo y la Necesidad de “Hacer Trabajo”

No puedo recordar el día cuando conocí el espíritu animal de mi familia, Noko, el audaz e imaginativo puercoespín – esta asociación es natural solo para unos pocos que conocen mi apellido. Por esta razón, la serenidad y el sentido de pertenencia, experimentado en A Girl Meets Her Spirit Guide (2014-2015) de Mmakgabo Mapula Helen Sebidi es un pequeño espectáculo de desconcierto y admiración. Con los peces nadando confortablemente alrededor, una mano elevada con alegre candor y apreciación, la figura está inmersa en un océano de mistificación ―en el horizonte agua y cielo azul se encuentran de forma inconcebible. Se trata de un reino infinito contenido dentro del plano visible de la imagen, pero capaz de hacernos imaginar su vastedad y esplendor sin fin.

Este es un ejemplo del campo de visualidad que ofrece Sebidi en su obra reciente, donde sus paisajes familiares han adquirido un azul profundo e inquietante, lo que sugiere ominosamente la espera de una ruptura. Permanece igual, sin embargo, su continua referencia y defensa por un espiritualismo africano que ha persistido a la vanguardia de la socialización y las concepciones Negras del ser en el mundo. Con este fin, las obras de Sebidi han conjurado pensamientos de animismo y coexistencia humano-animal como una forma recuperativa de deshacer el capitalismo neoliberal y su pseudo-inclusividad de cuerpos Negros específicos, y el ciclo interminable del capitalismo racial y continuo que succiona los pezones de la Negrura. A lo largo de la práctica de Sebidi, abundan las representaciones de aves y el animal de su familia, el pez, el thlapi. Lo cultural brilla a través de esta representación: el zorro astuto y el pájaro religioso / fugaz / libre, la cabra curiosa y la vaca fértil / rica.

Profundamente preocupada por los efectos de la eliminación de la espiritualidad en la vida moderna, aboga por la inmersión anímica continua y advierte de los riesgos de la pérdida de la tradición. Como tal, la suya no debe considerarse una nueva teoría o propuesta de la humanidad Negra continental contemporánea, sino más bien una especie de “retorno a la fuente”, a un modo de ser incorrupto que siempre está arraigado en nuestra relación con el reino espiritual. Si bien este regreso a la fuente es controvertido en varios niveles filosóficos y ontológicos, [1] Sebidi lo usa como una invitación a la reflexión, para lidiar con la necesidad de trabajar nuestras identidades, en constante evolución y cambio, respondiendo a y siendo moldeadas por nuestras condiciones y tiempos. La suya es una invitación a la resistencia: a la necesidad de enfrentarse a fuerzas cuyo poder inmersivo nos aleja cada vez más de lo que podría concebirse como nuestro verdadero ser. El problema de volver a la fuente radica en la creencia de que existía una ontología Negra pura antes del encuentro de los Negros con el colonialismo o la esclavitud. [2] Esta creencia se basa en un campo de la negritud y la ontología Negra, en ese separación tridimensional entre precolonialismo, colonialismo y poscolonialismo; o para pensarlo de otra manera, antes, durante y después de un encuentro traumático. Sebidi, por otro lado, no exige una existencia Negra o un ser Negro que se parezca a los tiempos precoloniales. En cambio, nos llama a reflexionar sobre los sistemas de creencias espirituales que siempre han dado forma a la Negritud, a abrazarlos e imaginar lo que podrían enseñarnos sobre la existencia Negra contemporánea. Sebidi nos llama a adoptar los espiritualismos formativos que siempre nos han enseñado a trabajar, pero hacia nosotros mismos, reflexionando así sobre la tendencia creciente de los sistemas capitalistas raciales y su uso y abuso de la Negritud y el cuerpo Negro.

Con este fin, la mía es una invitación a hacer lecturas de Sebidi dentro de la epistemología creciente del espiritualismo africano que actualmente es desplegado y desarrollado por sus contemporáneos, cuyas prácticas aluden de una forma u otra a las economías espirituales Negras cotidianas. En el trabajo de Sebidi, esta epistemología afectiva se correlaciona profundamente con una creciente investigación sobre temas de humanismo y ontología Negra, evidenciada por en los escritos de Sylvia Wynter [3] y Kehinde Weheliye. [4] Estos proyectos ontológicos y su relación con el humanismo toman múltiples formas, ya sea ubicando lo humano como algo siempre racializado y con género, así como contemplando la cuestión contemporánea y modernista del mismo. En Sebidi, vemos una preocupación por lo humano que sutilmente tiene sus raíces en los gestos y preocupaciones visuales animistas. La obra visual de Sebidi, como la impresionante Mmagwane o Tshwara Thipa ka Bohaleng (1998-1999), se ajusta a una yuxtaposición de figuras humanas y animales, minuciosamente superpobladas en el plano pictórico. Sebidi es muy conocida por este lenguaje visual, en contraste con los paisajes menos concurridos de su ciudad natal, como la obra Landscape: A View of African Rural Life (1978). Acaso una alusión a los estados mentales experimentados en la metrópoli y fuera de ella, estas dos representaciones visuales hablan de salud mental, algo a lo que Mme Mmakgabo a menudo pone sobre la mesa. [5] La yuxtaposición recuerda los ensamblajes racializados de Alexander Weheliye, en este caso, un ensamblaje que muestra el racializado cuerpo Negro en un estado de descontento.

Sebidi sugiere una investigación de la materialidad del cuerpo Negro, quizás como un esfuerzo por eliminarlo de su efímera imposición. Pero el cambio visible de las partes del cuerpo, como la división tripartita del rostro en Ancestral Hope (2013-14) y Horse Spirit (2010), alude a un modo diferente de hacer y deshacer en tanto que el cuerpo Negro, aunque firmemente presente y arraigado en este plano terrenal, también sugiere una especie de espejo y duplicación, un cuerpo en el proceso de separarse o volverse a unir. Sebidi saca a la Negrura de la posición de objetividad y explora diferentes "géneros de ser humano" dentro de la potencialidad y la posibilidad. Enfoca la atención sobre las formas de vida de los Negros y su relación a menudo controvertida con la materialidad y la inmaterialidad. Los rostros divididos quedan atrapados en un ciclo interminable de mistificación, ya que la duplicación, esa herramienta habilitadora, se utiliza para visualizar múltiples seres espacio-temporales.

ripa mohlare o bolele le Modimo

A lo largo de los años, se ha hecho evidente que las conversaciones con Sebidi se verán reforzadas por el llamado a "hacer el trabajo". Implícita en esta necesidad de “trabajar” y de “trabajar duro” está la idea de la Negritud y la condición Negra que ha permanecido envuelta en laboriosos procesos de hacer y deshacerse. Si bien la articulación de Sebidi y la invitación a trabajar duro es una necesidad para la autorrealización, hay que considerarla dentro de su continua captura conceptual forzada: se debe trabajar, sí, no necesariamente para deshacer los efectos de las circunscripciones pasadas, sino como un medio de reflexión con que podamos reconsiderar nuestras condiciones actuales y futuras. Aquí nos hace reflexionar en cómo la Negritud siempre se trabaja y siempre se pondera bajo la rúbrica del trabajo, ya sea en las conquistas capitalistas o en la creación y destrucción de la psique Negra.

¿Batlhaping ba reng? Animación sónica del objeto

Partiendo del título de la exposición, y del sonido de sereto sa Batlhaping, llegamos a escuchar lo que dicen. ¿Batlhaping Ba reng? A través del trabajo, llegamos a comprender qué es lo que ngwana wa Batlhaping está pronunciando.

Batlhaping Ba Re! es una invitación no solo a ver el trabajo de Sebidi, sino también a escucharlo y a escuchar a través de él. Esto significa escuchar la combinación de diferentes sonidos (risa, agonía, miedo, cabras) en las muchas obras (The Spirit Bird Fleeing the Modern World, 2014-16; Mmaseabela, 1992; y The People are Called to See the Initiates, 2014-15) e imaginar cómo suena cada individuo y cómo suenan juntos, como una sinfonía. También significa, en un nivel elemental, escuchar lo que nos comunican los muchos simbolismos e iconografías recurrentes (nombrarlos) presentes en la obra de Sebidi, los cuales atraviesan décadas. ¿Qué sucede cuando no solo miramos y "leemos" el trabajo, sino cuando también lo escuchamos? ¿Qué sonidos hace la obra cuando la observas?

Para mí, hace ese sonido que hacen los peces. Este es el sonido que, a primera vista, una imagina que no existe. Atribuimos el sonido que hace el pez cuando nada a través de la superficie del agua, a su estela, [6] a los efectos ondulantes y al silbido que produce el líquido. Imaginamos que el sonido no proviene del pez, sino de su encuentro con su entorno y de las vibraciones acústicas que produce después de entrar en contacto con otros materiales. No imaginamos los sonidos espeluznantes, inquietantes y escalofriantes de los peces que, en ocasiones, reverberan a través del fondo del océano sin un punto de referencia inmediatamente discernible. Sin embargo, con bastante esfuerzo y voluntad, se puede escuchar el sonido del pez. Una está asustada por este descubrimiento. Y al final, una se deleita con las reverberaciones acústicas y fantasmagóricas del sonido de los peces.