En nuestra práctica, tratamos de tener en cuenta que hacer espacio para los demás es una forma de creatividad colectiva y, de esa manera, la práctica del arte puede nutrir el cambio social. Nuestra función como artistas termina siendo mucho más acerca de la creación de un recipiente, un contenedor; un espacio seguro para el intercambio entre los demás y nosotros. En este escenario, como ambos somos músicos y productores, el sonido se convierte inevitablemente en nuestro punto de partida, pero estamos abiertos a expandirnos y explorar otras disciplinas. Es importante recordar que nos conocimos en un escenario muy similar. En ese momento ambos éramos parte de una delegación invitada a ir a Palestina para conocer y encontrar formas de apoyar a los artistas locales. El espíritu de InnerSwell realmente comenzó allí. En lo que respecta a TAP, existía la idea del descubrimiento colectivo de posibles sonidos del entorno y luego de crear algo en conjunto. Fue un proceso muy lúdico y libre, muy parecido a como son los niños cuando usan ese espacio.

Vemos el potencial para la agencia individual y colectiva que se encuentra en el proceso creativo y el sonido es el punto de acceso para tratar de realizar este potencial radical a través del tejido de la narrativa. El proceso siempre está influenciado y dirigido por los participantes con los que estamos trabajando -nuestra función es nutrir un espacio que facilite la manifestación de los impulsos creativos- Nunca nos guiamos por el resultado, el proceso nos llevará a lo que puede ser, a veces es sónico, a veces no lo es, pero el sonido es el lugar desde el que empezamos. El arte es un proceso, solo facilitamos esto en un entorno comunitario con el objetivo de compartirlo colectivamente, esto es lo que llamamos política localizada, cuando trabajamos en la comunidad, especialmente cuando lugares como TAP están bajo amenaza de cierre.

Para TAP, seguimos el ejemplo de los participantes en cuanto a cómo usan -e interactúan- con el espacio. Fue así como empezamos a documentar, generar y jugar con el sonido en el parque infantil con los jóvenes. TAP es un ambiente caótico, enérgico y lúdico. Alimenta una sensación de libertad, empoderamiento y ludicidad, englobado en un espíritu colectivo, que se convirtió en la fuente del trabajo en cada etapa del proceso, desde el parque infantil hasta el estudio. Con los jóvenes grabamos sonidos, escribimos poemas sonoros, procesamos grabaciones de campo y tejemos narrativas a través de un lente transdisciplinario.

Muchas gracias por compartir la idea de la acustemología. Al leer el término de Feld como “la experiencia sonora como forma de conocer” o “un conjunto acumulado de prácticas de oír, escuchar y sonar consolidadas como cultura” podemos relacionarlo con nuestro trabajo desde InnerSwell. El concepto de acustemología realmente resuena con la forma en que hemos trabajado con TAP, ya que enfocamos el proceso en el compromiso sonoro con el entorno que los jóvenes ocupaban para crear una pieza que encarnaba el significado cultural del espacio.

En nuestro proceso creativo, guiamos los descubrimientos de los participantes, permitiendo un espacio para la experimentación y la toma de decisiones. A partir de ahí, nos posicionamos como artistas convirtiéndonos en un gran colectivo y dando espacio a posibles resultados. La música es esencial para ambos, pero para InnerSwell, el proceso creativo a menudo va más allá de la música y, con frecuencia, regresa a la música. La música eventualmente puede surgir de tejer una manta de sonidos o puede ser una herramienta para construir narrativas.

Como artistas, nos damos espacio para expresar y explorar lo que hemos hecho con los grupos a nuestra manera; la estética se basa en el lugar del que ambos venimos, que es la música, pero no está limitada por la estructura y la forma, que son parte integral de ella. Al utilizar la música como una herramienta más que como un formato, abrimos un espacio y un diálogo que no está restringido. Esto también va en sentido contrario, ya que nos anclamos para no perdernos en un solo concepto al permitirnos explorar libremente la musicalidad de lo que tenemos que trabajar. Para TAP, pudimos tomar lo que se hizo con los participantes y trabajar con esas narrativas y grabaciones de campo de manera musical en el estudio. El proceso todavía estaba influenciado por el parque infantil, ya que imbuimos la naturaleza lúdica del espacio en el proceso de creación entre nosotros. Nos divertíamos como ellos y la música nos permitía ‘jugar’.