Realismo sonoro / Wave #1 Conversación Planetaria Abril 2020

#Mayo68: desde Praga a Ciudad de México

Sol Henaro y Zbyněk Baladrán

En esta conversación, Sol Henaro, curadora de Arkheia Archive and Research Center de MUAC, y Zbyněk Baladrán, autor, artista, curador y co fundador de Display en Praga, hablan acerca del legado estético y político de Mayo 68 en México y República Checa, observando perspectivas históricas que muestran trayectorias políticas oblicuas mientras se examina su impacto en el populismo de derecha contemporáneo y el capitalismo tardío.

Infrasonica

Cuando concebimos por primera vez esta conversación, Mayo 68 emergió como una especie de detonador epistémico, el cual nos permitiría examinar nuestra condición global contemporánea en un mundo donde nuevos horizontes políticos parecen perdidos.

El año pasado en MUAC, Sol Henaro y Amanda de la Garza curaron una exhibición llamada “Gráfica del 68: Imágenes Rotundas”, un proyecto que explotó el repertorio visual de los movimientos de 1968 en México a través de sus articulaciones sociales y artísticas durante el cincuenta aniversario. Zbyněk, a través de tus proyectos Building Archive y History is Possible, has rastreado las narrativas políticas de la derrota real y el éxito especulativo del socialismo en República Checa, así como en el contexto amplio de Europa del Este. Encontré fascinante cómo las narrativas locales se alejan de la versión principal en occidente de Francia 69, mientras que también difieren entre sí. En el caso de México, el movimiento representó la lucha contra una dictadura orientada al capital. En Praga, fue más un esfuerzo de humanizar un socialismo verdadero. ¿Podrían comenzar explicando cómo los proyectos arriba descritos, 50 años después, les ayudaron a ampliar su perspectiva al respecto de estos movimientos políticos y estéticos?

Zbyněk Baladrán

En Checoslovaquia el año 68 es algo más complicado. Tienes razón al decir que lo que fue llamado la “Primavera del 68” en Praga fue la culminación de un esfuerzo por humanizar el socialismo verdadero, buscando una mayor democratización dentro del Estado socialista. La censura dejó de funcionar, las personas pudieron viajar libremente y estaban ideando planes nuevos de una tercera vía para organizar el Estado moderno. Todo esto terminó con la ocupación de las tropas del Pacto de Varsovia el 21 de agosto. El liderazgo del nuevo Partido Comunista ofreció algo similar a un nuevo contrato social. En resumen: después de que el Partido Comunista eliminó a todas las personas que no aprobaron la ocupación, tomó la vida política de la población y, en su lugar, les ofreció una versión socialista del consumismo. Creo que ese fue el momento en que nació el actual sentimiento anti comunista checo. La propaganda del estado neoliberal de hoy ocultó con éxito la narrativa del socialismo democrático emergente y superpuso la narrativa de la ocupación militar: los villanos del Este nos pisotean en el patio trasero.

Video Building Archive me ayudó a darme cuenta de esto. En ese tiempo estudié los movimientos de huelga y protesta en Polonia y me di cuenta que el año 68 significó algo diferente en cada país. Polonia fue uno de los países que nos ocuparon, pero me sorprendió el hecho de que allí también hubo protestas. Gracias a esto, me enfoqué más en lo que precedió a la ocupación, en la parte inspiradora de la historia checoslovaca.

Atlas of protest slogans, 12 collage, papel A4, 2008. Cortesía de Zbyněk Baladrán.

Sol Henaro

Me parece muy pertinente tu observación sobre cómo estas otras micro narrativas irrumpen el hito del mayo francés pues, como sabemos, en el 68 coincidieron diversas movilizaciones en otros contextos y si bien, cada una tiene desde luego sus particularidades y contextos que las signan, también es interesante pensar esa suerte de “simultaneidad de conflictos” donde el factor juventud jugó un rol fundamental dentro de las mismas. Esto me lleva a convocar el trabajo del fotógrafo argentino Marcel Brodsky, quien ha trabajado con diversos documentos fotográficos de movilizaciones que tuvieron lugar en 1968 en distintos países.

En el caso de México, para la conmemoración de los 50 años del movimiento estudiantil del 68, resultaba imposible aproximarnos sin considerar hechos recientes tan traumáticos y viles como la desaparición forzada de los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos en Iguala, Guerrero en 2014, un acontecimiento que tristemente cobró visibilidad internacional por su gravedad. Vivimos en un país donde las movilizaciones son constantes al igual que los ejercicios de poder sobre quienes ejercen voz crítica respecto al Estado o alguna perspectiva que le involucre. El caso de Ayotzinapa fue tan brutal contra los estudiantes que era difícil no hacer un parangón con la matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco el 2 de octubre del 68. En ambos casos, Tlatelolco y Ayotzinapa, el papel del Estado, ya sea dando órdenes para proceder, encubriendo, desapareciendo pruebas u obstaculizando investigaciones de terceros comprometidos, activó en muchos de nosotros una alarma. Con esto, quiero decir que la conmemoración nos obligaba a preguntarnos dónde nos encontramos hoy, ¿Qué es lo que ha cambiado? ¿Cómo pueden seguir sucediendo hoy hechos tan brutales y, como en el 68, seguir sin responsables directos detenidos y/o enjuiciados? ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de memoria?

Infrasonica

Sol, tu última pregunta acerca de la memoria es clave para comprender una problemática donde tiempo-espacio y eventos políticos se enmarañan. Mayo del 68 fue la interrupción del Tiempo como historia, como Zbyněk señala asertivamente con el proyecto Building Archive basándose en su investigación en Polonia. Sin embargo, algo que me sorprende es el hecho de que la naturaleza violenta del aparato estatal todavía opere en formas muy similares y después de 50 años nos preguntemos qué ha cambiado.Sol, tu última pregunta acerca de la memoria es clave para comprender una problemática donde tiempo-espacio y eventos políticos se enmarañan. Mayo del 68 fue la interrupción del Tiempo como historia, como Zbyněk señala asertivamente con el proyecto Building Archive basándose en su investigación en Polonia. Sin embargo, algo que me sorprende es el hecho de que la naturaleza violenta del aparato estatal todavía opere en formas muy similares y después de 50 años nos preguntemos qué ha cambiado.

Si pudiéramos dibujar, con base en sus experiencias comparativas, una caracterización del Estado y su complicidad con el neoliberalismo, ¿Qué consideran que haya cambiado en términos de sus manifestaciones locales en México y República Checa? ¿Y cómo las estrategias visuales de resistencia y sabotaje han mutado al respecto?

Zbyněk Baladrán

Siento que la organización del Estado moderno bajo el socialismo no fue tan diferente a la de hoy. Fue basada en los mismos patrones tecnocráticos, excepto que la pobreza es ahora distribuida con mayor asimetría e injusticia. En la República Checa, así como en toda la región de Europa Central, es en el capital internacional y sus corporaciones donde casi todas las ganancias se concentran. Lo describiría como un tipo de vasallaje colonial dentro del amplio mundo occidental. El año 68 en Checoslovaquia culminó en una forma de gobernanza más participativa y abierta. El Partido Comunista casi perdió su poder soberano. En comparación con la actualidad, la sociedad se reorganiza masiva y verticalmente en función de la riqueza, es decir, en el acceso al capital y los recursos. Recuerdo que a finales de 1980 se sonreía cuando alguien codiciaba dinero y éxito. El hombre socialista pensaba diferente, no estaba tan orientado al individuo heteronormado (por supuesto es quizá un poco exagerado, pero durante el régimen socialista lo natural se percibía de manera diferente).

Las estrategias visuales de resistencia y sabotaje son similares a las de hace cincuenta años. En México, tal vez sea diferente, pero en un país organizado como el nuestro, las estrategias radicales son difíciles de encontrar. Los artistas e intelectuales están muy bien adaptados a las nuevas circunstancias, y el criticismo radical es un tema marginal sin mucha influencia. Ciertamente, está relacionado al hecho de que es difícil imaginar un tipo de sistema diferente al que tenemos ahora, y solo se confía en la crítica como corrección del sistema existente.

En general, todo está dentro de los límites de la ley, pero en el régimen represivo anterior, los artistas e intelectuales confiaron más en la otredad y la metáfora.

Building Archive, 2008, video SD, 6"56", en polaco con subtítulos en inglés (video still). Cortesía de Zbyněk Baladrán.

Sol Henaro

Me haces recordar un texto de Marcelo Expósito, quien, a su vez, apuntaba ideas de Benjamín en relación a la memoria y “el golpe” que debe dar el historiador materialista para detener la inercia y leer desde el presente ese pasado críticamente. Vivimos constelaciones de movilizaciones, luchas que se interconectan de diversos modos. Cuando observas en México las manifestaciones, el enjambre colectivo de reclamos con relación a la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa o las recientes movilizaciones por los cientos de feminicidios, observamos la rabia y también la reverberación, apropiación y actualización de estrategias visuales del activismo de diversos contextos. Pensemos, por ejemplo, en los efectos de entender el Siluetazo en Argentina como una estrategia que se ha viralizado y actualizado en otros enclaves. Es complejo resumir el sistema político en México, empezando por los 71 años en el poder del mismo partido político (hasta el año 2000), por la corrupción sistémica o por los atropellos a derechos humanos que lamentablemente no han dejado de existir y que, en tanto continúen o se multipliquen, seguirán produciendo movilizaciones.

Finalmente, la pregunta que terriblemente no pierde vigencia es ¿Normalizamos la violencia o la resistimos con acciones múltiples? Definitivamente, apuesto por la segunda opción y en ese sentido, así como desde la práctica artística, sigo aquellas producciones con cierto posicionamiento desde el ámbito de las visualidades. Me gustaría convocar el caso de #restauradorasconglitter, un grupo de restauradoras que politizaron su práctica para exigir que se detuviera el borramiento de pintas, grafitis y otros residuos visuales del paso de la manifestación contra los feminicidios en el Monumento a la Independencia en Ciudad de México. Sus lemas, #LaVidaTambienEsPatrimonio y #PrimeroLasMujeresLuegoLasParedes, han generado un importante debate, Además, han integrado herramientas actuales a la documentación que ponen en marcha como las redes sociales o el uso de drones y escáneres 3D para intentar “capturar”, digamos, el ADN visual del paso anónimo-colectivo que es la movilización. Iniciativas como las de #restauradorasconglitter las leo como un “golpe” sobre la inercia.

Building Archive, 2008, video SD, 6"56", en polaco con subtítulos en inglés (video still). Cortesía de Zbyněk Baladrán.

Zbyněk Baladrán

En la República Checa, camino al régimen neoliberal, la percepción de qué es la propiedad privada y qué representa el Estado había cambiado radicalmente. Pocos perciben la violencia monopolizada por el Estado como un tipo de represión que debería ser combatida o criticada. Lo más llamativo es la criminalización de anarquistas y activistas que ocupan edificios vacíos en los que crean un programa de cultura alternativa. Al reprimir severamente estos espacios, el Estado se convirtió en el principal protector de la propiedad privada contra cualquiera que intente desafiarla. En general, el comportamiento de los anarquistas es percibido como un cuestionamiento al status quo y a todas las libertades de las cuales la propiedad privada es la insignia en este régimen. La conquista de estos espacios por la policía o las audiencias judiciales irrumpe por un tiempo un espacio virtual en la televisión e Internet para dejar a los activistas en prisión algunos meses sin intervención de los medios de comunicación. Así, Visual Protest Strategies suele moverse en Internet, donde su alcance puede ser mayor, aunque por lo demás inútil.

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