The Unbalanced Land
Adrián Balseca
La guerra en Perú causó un éxodo de órganos italianos desde Lima y treinta instrumentos arribaron a Guayaquil poco antes de nuestra llegada. Cuatro de ellos estaban a bordo del Quito, en la parte superior de la proa, y cada uno tocaba una melodía diferente. Los ecuatorianos disfrutaron el ensamble, pero los cocodrilos en el rio parecieron más susceptibles al sonido. Al asomarse a ver con sus bocas abiertas, se sumergieron inmediatamente para alejarse del ruido. [1]
[1] Edward Whymper. Travels Amongst
the Great Andes of the Equator (1982)
La exhibición The Unbalanced Land de Adrián Balseca se origina del reporte de viajes Travel Amongst the Great Andes of the Equator (1982) del científico y explorador británico Edward Whymper, con el objetivo de reflexionar sobre los cambios que el sistema colonial capitalista ha operado en Latinoamérica y su relación con los paradigmas económicos y políticos propios de la epistemología eurocéntrica de la modernidad. La exhibición reúne instalación de sonido, objetos esculturales y series fotográficas.
En su trabajo artístico, Balseca se enfoca en las dinámicas extractivas, su impacto ambiental, así como los procesos históricos y económicos asociados con la implementación y consolidación del paradigma de la modernidad. Al tomar el reporte de Whymper como punto de partida, The Unbalanced Land conforma una cartografía histórica, política y cultural de la isla Santay, ubicada en Guayaquil, la segunda mayor ciudad de Ecuador, país de origen del artista y donde Whymper arribó en diciembre de 1879 con la intensión de estudiar los efectos de la altitud en el cuerpo humano. Durante la expedición, Whymper recolectó anfibios y reptiles, colección que hoy integra el Museo Británico. Además fue el primero en escalar el volcán Chimborazo, la mayor cumbre de los Andes Ecuatorianos y el punto más distante del centro de la Tierra.
El título de la exhibición se refiere a la teoría de Trotsky sobre el desarrollo desigual y combinando, particularmente a su relectura de Harvey alrededor del concepto de “desarrollo desigual geográfico”. Si Marx considera que el espacio es alienado por el tiempo en el sistema capitalista, The Unbalanced Land invita a reflexionar en las modalidades de producción de espacio y de relaciones espaciotemporales durante el capitalismo tardío. Esta reflexión posee una naturaleza procesual y relacional. La representación del espacio de la isla Santay está determinada a partir de una serie de procesos y relaciones externas e internas, tanto de una naturaleza sistémica como geopolítica e histórica, apuntando a la coexistencia entre diversos modelos económicos y políticos que obtienen expresión en la concepción formal de la exhibición. The Unbalanced Land opera desde una reconstrucción sensitiva del reporte de viajes de Whymper. Recrea y actualiza las descripciones sensoriales del explorador británico en un arco que conecta el pasado con el presente. Los conceptos visuales, sonoros y musicales de la exhibición reorganizan en el marco de un modelo relacional y multi perspectivista las capas de memoria sensitiva y las fluctuaciones de las condiciones de percepción y cognición desde el siglo XIX hasta el presente, mostrando la determinación histórica de dichos modelos epistemológicos.
La expedición de Whymper forma parte de una serie de misiones científicas coloniales en el territorio ecuatoriano. En la primera mitad del siglo XVIII la Primera Misión Geodésica de la Academia Francesa de Ciencias, liderada por Godin, Bouguer y La Condamine buscó medir el arco del meridiano terráqueo y determinar la línea del Ecuador, un hecho que marcó la cultura e imaginario del país. También estableció el sistema métrico decimal, el mecanismo que empujaría el comercio internacional para la expansión capitalista. La misión fue seguida en el siglo XIX por las expediciones de Humboldt y Darwin. El conjunto de viajes científicos realizados en territorio ecuatoriano refleja la imbricación entre proyectos epistemológicos y coloniales de la modernidad europea, así como los procesos de imposición y universalización de los modelos de percepción, cognición y representación hegemónicos.
En su diario de viajes, publicado en 1751, La Condamine describe la interacción entre pueblos amazónicos y los colonizadores españoles y portugueses. Indirectamente, el reporte es un testimonio elocuente del epistemicidio perpetuado por las “misiones civilizatorias” coloniales al suprimir otros modelos de pensamiento, concebibles para la racionalidad moderna solo como objetos de estudio.
Si el modelo epistemológico y de representación de occidente busca estandarizar el mundo y obliterar las diferencias culturales, la exhibición de Balseca está inscrita en el marco opuesto. No solo señala la tensión entre diferentes modelos epistemológicos. A través de una metodología artística decolonial, también se sitúa a sí misma como una práctica de resistencia a las formas hegemónicas de representación. Balseca examina algunas de ellas, particularmente las narrativas de viaje, las ilustraciones, la música y las proyecciones cartográficas. La exhibición reúne tres aplanadores artesanales de madera, tradicionalmente utilizados en isla Santay para apisonar la tierra, a los cuales se atan bandas de caucho sintético. En la base de los aplanadores se acopla el emblema de hierro que representa la Proyección Discontinua de Goode, un tipo de proyección cartográfica cilíndrica elaborada por el cartógrafo y geógrafo norteamericano John Paul Goode, en oposición a la proyección de Mercator, caracterizada por deformar el mapa del planeta debido a los “cortes” realizados en las áreas oceánicas para atenuar la distorsión de las superficies norte-sur. El material de la estructura del aplanador, el cual combina madera, hule y metal, señala los procesos de extracción sistemática de recursos naturales. Al desterritorializar estéticamente las herramientas de trabajo y combinarlas con materiales heterogéneos, la obra problematiza el modelo histórico-económico extractivo, desarrollista y teleológico situado bajo el prisma de “suficiencia pragmática”, término acuñado por Viveiros de Castro al reflexionar sobre el pensamiento amerindio. El uso de las representaciones cartográficas de Goode refuerza el principio de no producción, fuera del paradigma productivo, incluso en el marco de la productividad artística. Cuestiona así un modelo de conocimiento que también es extractivo. Objectos compuestos, los aplanadores están acoplados a un equipo de radio de la marca japonesa Sanyo, cuya insignia es el mapa de Goode. En cada radio, los sonidos ambientales de la isla Santay resuenan, transferidos musicalmente al piano por el compositor, pianista y diseñador de música electrónica Daniel Mancera (Quito, 1983). Para ello, The Unbalanced Land cuestiona incisivamente la superposición entre diferentes modelos extractivos (económicos, cognitivos, representativos) y se adhiere a un modelo formal anti extractivo. Si Balseca reúne y combina elementos culturales de diverso origen, tal forma de proceder proviene de una naturaleza endógena y exógena, tanto prospectiva como retrospectiva y restaurativa. El gesto artístico engloba dos movimientos sucesivos: de adentro hacia afuera y viceversa, de aquí hacia allá y viceversa: de la isla Santay hacia el exterior, reconstruyendo los itinerarios materiales, discursivos, culturales e ideológicos de los objetos ensamblados, y desde afuera regresa a Santay. En este sentido, se debe examinar la serie fotográfica que acompaña la exhibición, la cual documenta la instalación de los tres aplanadores en la isla Santay, rodeada de cocodrilos (animales que durante más de cien años han escuchado los órganos traídos de Lima, según el epígrafe de Whymper) y el proceso de modelado local del mapa de Goode. El proceso artístico de Balseca desplaza y sortea un conjunto de categorías de percepción, cognición y representación (“aquí” y “allá”, universal y local, “igual” y “otro”, observador y observado) y afirma una ecología sígnica fundada en un sistema de interacciones dinámicas. Una de las etapas de este sistema es la reconstitución en Lisboa de las capas temporales y la memoria sensorial de la isla Santay en toda su complejidad cultural y política.
Rachel Schefer
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